jueves, 19 de diciembre de 2013

Capitalismo vs. Comunismo

NO ES UNA UTOPÍA

Capitalismo vs. ¿Comunismo?

Reflexión Sobre un Sistema Perfecto

Isla de Utopía
Fue Tomás Moro quien por primera vez hizo uso del término utopía. Así es como llamó a la isla imaginaria protagonista de su libro Libro Del estado ideal de una república en la nueva isla de Utopía donde deja constancia de su opinión sobre el modelo organizativo ideal de la sociedad. Es posible que no hayan leído el libro, pero considero que este hecho no es relevante para una correcta comprensión de mi tesis en este modesto artículo. 
El término utopía lleva arraigada una connotación a mi pensar negativa que se ha impuesto a lo largo de los años, ya que todos lo relacionamos con un imposible, con una idealización irrealizable. ¿Cuántas veces utilizamos la palabra utopía para referirnos a algo que desearíamos pero que sabemos no podrá acontecer? Sin embargo cabe atender a su significado etimológico para comprender qué estamos expresando realmente cuando hacemos uso de esa palabra. Utopía significa, literalmente, ningún lugar. Tomás Moro la menciona para situar su idealizada sociedad en un lugar geográfico inexistente, y no quiere decir, por tanto, que considerara su propia teoría un absurdo inalcanzable. Por eso, creo yo, su arraigada connotación se debe a ese sector incrédulo, pesimista y egoísta tan presente en nuestra sociedad que ha hecho de una idea (de muy buenas intenciones, que busca la justicia, la paz y la solidaridad) un sinónimo de todo aquello que, por naturaleza propia, jamás podrá llegar a darse. La palabra utopía ha sufrido un proceso de transformación perverso en el que ha triunfado el pensar más egoísta y pesimista, símil de la enfermedad que sufre nuestra sociedad globalizada. Y lo que yo quiero transmitir es un mensaje de esperanza y optimismo, de que una organización y un sistema más justo sí es posible, y que los pasos a dar para llevar a cabo un cambio social y económico son tan sencillos y posibles como pensar, despojarse de toda clase de prejuicios, ser racional, y tener voluntad.
Ahora, ¿que cambios debemos realizar? No quiero transmitir ideas repletas de demagogia y ambigüedad tan propias de miss universos y políticos ( "¡Quiero un mundo mejor, sostenible, donde reine la paz!"). Quiero dar ideas justificadas, objetivas y racionales que puedan ser contrastadas y a las cuales el lector pueda acogerse siempre que lo desee.

Capitalismo, un incomprensible dogma.

No existe país que no haya sido absorbido por el sistema económico-político capitalista y que no forme parte del mercado económico mundial (exceptuando alguna que otra dictadura). Es el sistema que se ha impuesto y ha triunfado,y cabría preguntarse si su éxito se debe a un proceso natural, lógico y de libre elección o si se debe al empeño y poder de ciertos individuos. Sea como fuere, cómo se haya llegado a esta situación global no es objeto de este artículo, así que cada cual piense lo que considere lógico. Lo que deseo discutir es si este sistema funciona o no. Si es cierto que tiene fallos o por el contrario no precisa de ninguna corrección. Si el libre mercado es beneficioso para la sociedad o no. Si es justo o no. Pero desarrollemos estas ideas con cierto orden y criterio.
No me cabe ninguna duda de que el capitalismo funciona. Funciona perfectamente. Cumple de manera intachable aquellos objetivos para los cuales fue ideado y puesto en marcha.  Y estos objetivos no eran otros que la acumulación de capital y el consecuente hacinamiento de poder en las manos de unos pocos bajo la aprobación de una "plebe" sin apenas recursos que aplaude y admira a aquellos que les han arrebatado la riqueza. Y es que se les considera justos merecedores de una suculenta recompensa que obtienen por su inexistente esfuerzo y contribución al bienestar social. Así de sencillo. Es una forma muy inteligente de encubrir con ilusiones de libertad una dictadura.
El capitalismo es un sistema económico que trata de remunerar en mayor proporción a quien satisfaga en mayor medida la demanda de la preexistente clase pudiente mediante la constitución, con capital dinerario, de sociedades económicas. Es un modelo de flujo libre de dinero que no entiende de justicia, equidad, derecho o solidaridad. 
Seguramente, el estimado lector se sentirá desorientado tras leer tantas acusaciones y atrevidas afirmaciones que no entrañan justificación alguna. Que no se alarme, pues la defensa de mis pronunciamientos es sencilla de explicar y de comprender.
En un intento de contra-argumentar la lógica comunista por simpatizantes capitalistas, frecuentemente se escuchan razonamientos tales como el siguiente: "¿A usted le parece justo que se retribuya de igual manera a aquel que trabaja mucho que a aquel que trabaja poco? ¿No le parece más justo retribuir a un trabajador en función de lo que trabaje?" Este es un argumento a tener en cuenta que me parece potencialmente razonable y que busca la justicia. Es un gran argumento. Sin embargo esta cargado de una hipocresía desconcertante, pues, ¿cuál es el sistema que intenta defender este argumento? ¿Está acaso defendiendo una utopía? El capitalismo no incluye entre sus características la remuneración en función del trabajo aportado. Se remunera al trabajador en función de lo que esté dispuesto a pagar por su trabajo aquel que tenga dinero. Me explico. El capitalismo permite situaciones como la siguiente: 
   Un ganadero que produce leche con sus propias vacas trabaja ocho horas al día. Produce tal cantidad de leche que un número significativo de familias puede disfrutar de ella cada mañana. Por este servicio el ganadero cobra 1500 euros al mes, imaginemos.
   Un hombre cuyo padre compró en su día una ingente cantidad de acciones de cierta sociedad, cobra mensualmente 6000 euros en dividendos. Sus servicios pueden cuantificarse en cero.
Esta es una de las situaciones que pueden darse en esta sociedad capitalista que demuestra que esa característica que se le atribuye a este sistema es mentira.
Pero es que podemos seguir tirando de ejemplos similares para desvelar más incongruencias del sistema. Ya hemos visto como por el hecho de trabajar más no tienes porqué ser retribuido en mayor medida, pero es que no por trabajar más se puede considerar más justo el cobrar más. En este sistema se remunera al trabajador en función de lo que esté dispuesto a pagar por su trabajo aquel que tenga dinero :
   Un ganadero que produce leche con sus propias vacas trabaja ocho horas al día. Produce tal cantidad de leche que un número significativo de familias puede disfrutar de ella cada mañana. Por este servicio el ganadero cobra 1500 euros al mes, imaginemos.
   Un hombre que se dedica 17 horas al día al rayado de piedras con su propia uña para hacer agujeros en ellas para después venderlas como pisapapeles, tiene una decena de clientes rusos multimillonarios que están dispuestos a pagar al hombre 100.000 al mes por sus servicios.
Vemos como en el segundo caso el sujeto cobra 66 veces más que el primero mientras que las horas que trabaja no son 66 veces más que las del primero, el principio de proporcionalidad falla. Pero observemos también que aun trabajando más horas su servicio a la sociedad a sido mínimo, pues su producto tendrá la única utilidad de pisar los papeles de diez personas mientras que el ganadero alimenta a cientos.  Sencillamente, los principios morales básicos no asoman por ninguna parte en este modelo organizativo. 
Pero puede pensar el lector: "Esos son supuestos que obedecen a tu imaginación y que no tienen cabida ni reflejo en nuestra sociedad. No hay tal acumulación de capital, y si la hubiera, ¿qué? ¿Acaso no tiene derecho una persona a una mansión, un yate y un jet privado?"
Lo políticamente correcto sería contestar afirmativamente, pero la racionalidad y los principios morales básicos me obligan a contestar con un rotundo no. No tienes derecho a ello porque no has contribuido de forma suficiente a la sociedad como para poder optar a tales lujos. Una forma muy sencilla de darse cuenta de ello es pensar que si esa persona hubiera dedicado toda su vida, él solo, a la construcción de dichos bienes (la mansión, el yate, el avión...) no le habría dado tiempo, porque su capacidad de producción no es suficiente como para alcanzar tales objetivos. Luego, si su capacidad de producción no es tal, ¿que aportación a la sociedad es la que le acredita el derecho a tales bienes? Su privilegio se debe a las injusticias intrínsecas del sistema.
Es también muy común entre los simpatizantes del sistema alegar que el capitalismo es un modelo democrático que defiende las libertades de las personas, ya que lo que produce el mercado, lo que  vende, lo que gestiona, responde a los intereses del ciudadano, quien en última instancia decidirá si quiere uno u otro producto mediante su compra (voto), y acabará decidiendo que clase de productos prevalecerán. Sin embargo cabe matizar que no es el ciudadano quien decide, sino el consumidor, es decir, la persona con dinero. De este modo, según este criterio, aquel con más recursos tiene mayor poder de decisión y negociación. Si la venta de Ferraris se ha incrementado en el último año en un 200% no quiere decir que la población demande más ferraris. Por tanto se concluye que los mercados no satisfacen la demanda de la sociedad, sino la de los capitales, la de aquellos con más créditos, con mayor derecho a voto.

Aún así, ¿amparan las cifras oficiales mis argumentaciones? ¿Es real esta acumulación de capital? ¿Es verdad que a causa de esta acumulación existe un sector que vive en la extrema pobreza y explotación? ¿Están ambos fenómenos relacionados? Tratemos de explicarlo atendiendo al sentido común.
El dinero es una unidad de medida que utilizamos para medir el valor de los recursos naturales y de los servicios que las personas pueden prestar. Es por tanto finito y tiene una referencia clara. No es algo que caiga del cielo. Una persona en una isla desierta, aun teniendo veinte millones de euros no va a conseguir nada, pues no hay persona que pueda prestar servicio por él. Es decir, el dinero no tiene sentido en aquel lugar pues no hay personas dispuestas a negociar la prestación de servicios o la distribución de recursos.  La totalidad del dinero existente en el mundo equivale a la totalidad de los recursos naturales del planeta (gas, petróleo, comida...) más la totalidad de los servicios que la suma de los ciudadanos podemos prestar. Por lo que si tu posees el 90% del dinero del mundo, el resto de la sociedad poseerá el 10% de los recursos del planeta y los derechos a servicios. Esto se traduce en que si de cien, diez son ricos, los noventa restantes serán pobres.
Pero comprobemos estas afirmaciones con datos oficiales:


 Les voy a explicar cómo el dogma de la competitividad constituye una falacia tal, que su aceptación resultaría escandalosamente ridícula para cualquier mente racional. Y es que se insiste sin cesar desde los partidos mayoritarios de los países capitalistas que privatizar determinados servicios es sinónimo de garantías, bajadas de precios y mejor gestión, y todo gracias al dogma asumido por todos los ciudadanos de la libre competencia del mercado. Pues bien, llevamos el suficiente tiempo contemplando y analizando los resultados que están dando estas empresas y sus servicios como para percatarnos de que tal bajada de precios no existe (la luz), que tal mejora del servicio no existe (obsolescencia programada), que tal competencia no existe. Pero no hacía falta esperar a los resultados para darnos cuenta de que todo lo que dicen los medios de comunicación y las universidades con respecto a esto era mentira, pues pensando un poco se llega a esta conclusión.
Cuando las empresas compiten libremente en un sector estratégico, las más fuertes, las más audaces (Darvinismo) sobrevivirán, y muchas irán cayendo. Al hacerse más grandes y conseguir mayor capital, es prácticamente imposible que nuevas empresas entren en el sector y, por lo tanto, la competencia comienza a disminuir. Llegará un punto (que levante la mano el que sepa de algún sector en el que no pase esto) en el que solo quedarán una, dos, tres o cuatro empresas, y claro, ninguna quiere caer. Pero... ¿Y si llegan a acuerdos? Ya está. Se solucionó el problema. Nos repartimos el mercado, pactamos precios, y beneficios asegurados para siempre. Solo tenemos que ocuparnos de que no entren nuevas empresas en el sector. La competencia se ha eliminado, los precios no bajan, y el servicio empeora. Por tanto, la competitividad es una utopía.
Ahora es cuando salta el capitalista convencido (seguramente en una posición económica aventajada respecto a la del resto) y dice: "No, porque existen normas para regular la competitividad." Ah, pero entonces la teoría irrefutable de la competitividad se va por el desagüe, puesto que es el estado el que tiene que intervenir para que esto no se desmadre... No se me ocurren ejemplos mejores de paradoja.
Sin embargo, he de admitir que cuando las empresas empiezan si que existe competitividad entre ellas, incluso feroz, pero analicemos que es lo que ocurre en estos casos.
Las empresas, para empezar a funcionar necesitan capital, y para conseguirlo emiten acciones, y entonces surgen socios. Pues bien, desde ese momento la empresa está obligada a conseguir el máximo beneficio para repartirlo entre los socios (accionistas), dejando en un segundo plano su labor social. Para maximizar el beneficio existen muchos métodos. Claramente, la empresa deberá mejorar su gestión si quiere retribuir sustancialmente a sus socios, y por lo tanto hemos de reconocer el punto a favor de la privatización. Por supuesto deberá reducir costes fijos, y para ello lo más eficaz es reducir salarios, por lo que la sociedad sale perdiendo. Si aumenta el precio de venta aumentará sus beneficios, sin embargo esto no es tan fácil de hacer. Si vendes a un precio mayor perderás clientes (a no ser que se trate de un monopolio) pues habrá un competidor que baje el precio, otro punto a favor. Ahora saquemos conclusiones. Los que producen, los trabajadores, sacarán muy poca tajada, pues su salario se ha visto reducido al máximo para reducir costes, y el excedente en parte se reinvertirá y en parte irá a parar a los accionistas. Ahora el capitalista dice: "Ves, la riqueza se reparte." Pero no podía estar más equivocado, pues aquí radica la razón por la que el capitalismo produce desigualdad. El accionista compró acciones porque tenía dinero, el que no lo tenía, evidentemente, no tuvo acceso a esa inversión. Ahora el accionista (persona que antes ya poseía dinero) obtendrá un beneficio procedente del dividendo sin la necesidad de haber realizado ninguna labor y, además, aún tiene la posibilidad de vender su participación y recuperar el total invertido. Evidentemente no a todo accionista le sale bien la jugada, es más, muchos salen perdiendo, pero el dinero que no tienen los pobres lo tienen los accionistas que supieron jugar. Los mayores accionistas no suelen ser personas, sino entidades que a su vez están constituidas por un capital cuyo dueño es otra sociedad accionista y así infinitas veces hasta llegar a las personas con más acciones en las principales empresas que sin aportar nada a la sociedad ganan ingentes cantidades de dinero. Y eso es, queridos amigos, lo que vuestros dirigentes y vosotros mismos aplaudís. 
Ahora se escucha en diversos programas de televisión y en ciertos medios de comunicación preguntas como: "¿Cómo es posible que en tiempos de crisis cada vez haya más ricos? ¿Por qué la diferencia entre ricos y pobres ha aumentado tanto?" Pues la respuesta la encuentras líneas más arriba. Es tan evidente que da vergüenza contarlo. Debemos darnos cuenta de que no hay más ricos por la crisis, sino que hay crisis porque hay más ricos. El dinero que le falta a las familias que lo han perdido todo no crean que se ha evaporado, que se lo ha tragado la crisis. (Ahora hay incluso más dinero que antes pues los bancos centrales crean dinero.) El dinero que les falta a las familias se lo han llevado aquellos que ahora tienen más dinero, los ricos que ahora son más ricos. Y esto seguirá sucediendo. No va ha cambiar mientras sigamos con este sistema y mientras la gente no se entere de una vez de que si siguen votando a los que les dicen que voten esto nunca cambiará. Es tan fácil prever lo que va a pasar... En este sistema, gracias a la competitividad tan querida, la única manera que tendremos de crecer será producir más barato, y dado que no vamos a salir del euro, la única manera es bajar drásticamente los salarios, y como el petróleo no bajará de precio, y como el BCE continuará vendiendo dinero barato, seguirá la inflación, y nuestro poder adquisitivo se verá reducido, como poco, al 50% con respecto a 2008. Y aunque crezcamos económicamente y aumente el PIB, no mejorará la situación, hasta que otro país se relaje, y nosotros empecemos a comernos su PIB, pero para esto pueden pasar 20, 30, o 40 años, y a no ser que la tecnología avance mucho nuestro nivel de vida jamás será el que llegó a ser. Y como el poder de algunos no parará de crecer, no habrá manera de detener cualquier macabro plan que quieran llevar a cabo. Y mientras siga la libre competencia y el capitalismo, jamás se desarrollarán nuevas energías, pues no habría rentabilidad alguna y los accionistas se enfadarían. 
  
Y aunque es obvio que la mayor responsabilidad de esta situación global se debe a unos pocos psycópatas, no puedo dejar de reñir a aquellos que año tras año votan a los mismos sinvergüenzas y que después se quejan de su situación. Si te engañaron una vez no es tu culpa, pero si sigues confiándoles el voto una y otra vez tienes un grado de responsabilidad muy elevado. Existe una falta de reflexión generalizada que nos llevará a la ruina, y mientras sigáis aplaudiendo a aquellos que cada vez que con argumentos razonables se les explican modelos alternativos responden con palabras como "Cuba, Unión Soviética, o Venezuela" seguiréis undiéndoos en el lodo.
 

Un sistema alternativo 

 Un sistema alternativo sí es posible, y de ningún modo podría definirse como utopía (según su connotación) o quimera. 

El capitalismo ha conseguido algo incomprensible, y es que ahora vemos preocupante que la mitad de la población no trabaje cuando se produce suficiente comida, casas, muebles, televisiones, ordenadores... para la totalidad de la población. Esto quiere decir algo muy simple, y es que hay más oferta que demanda. Se produce tanto con tan pocas personas que el mercado no puede asumirlo. Si en España hay un 25% de parados querría decir que solo hace falta que trabaje el 75% de la población para asegurar un buen nivel de vida en España, pues la capacidad de producción es suficiente como para dar a todo el mundo. Por lo tanto, si repartiéramos el trabajo podríamos reducir la jornada de trabajo un 25% y sin embargo tener los mismos bienes, no veríamos reducida nuestra calidad de vida. Pero es que si tenemos en cuenta la cantidad de recursos que se malgastan en producir productos nuevos cuando los antiguos podrían seguir funcionando (obsolescencia programada), o en producir bienes realmente innecesarios, tal vez podríamos reducir el porcentaje de población activa que haría falta para lograr un buen nivel de vida en la sociedad en un 30%, y por lo tanto solamente haría falta un 40% de población trabajando y, repartiendo el trabajo, conseguiríamos que la jornada laboral se redujera en un 60%. Imagínense trabajar menos de 5 horas diarias. Pues es perfectamente posible.
Ahora bien, estoy de acuerdo en que en un sistema capitalista sería practicamente inviable, pero es que propongo cambiarlo.

No me voy a extender demasiado porque este artículo está siendo demasiado largo, y tal vez profundice más en una próxima redacción.

-Para empezar acabaría con las Sociedades Anónimas y todas las empresas que se constituyan con un  capital proveniente de acciones. Las razones quedan suficientemente claras en párrafos anteriores. 

-Las empresas proveedoras de recursos y servicios básicos como son: ganadería, banca, energía, vivienda, alimentación, agua, sanidad, educación etc. deberán ser públicas.

-Existe el sector privado, pero está formado por cooperativas y por empresas constituidas con capital público cuyos beneficios irán destinados por una parte a reinversión y por otra al estado.

-El terreno no tiene valor, y es el estado quien tiene potestad para construir en un lugar u otro. El valor de la edificación vendrá dado por el coste de producción.

-Existe el derecho a la propiedad privada, la casa es del que pagó por ella y existe el derecho a darla en herencia.

-No existe derecho a herencia. Todo el dinero acumulado en vida pasará a ser del estado en el fallecimiento.

-Existe un sueldo máximo, el cual vendrá dado por una relación proporcional con el sueldo mínimo. Ej: sueldo mínimo: 1000 euros ==> sueldo máximo: 5000 euros. ==>  Relación: 1 a 5.

-Existe un límite patrimonial de modo que la cuantía de dinero de un ciudadano no podrá exceder de cierto límite, así como el valor de las viviendas que posea.

-El derecho a prestación por desempleo estará limitado por períodos mensuales concretos (una vez superados esos límites el ciudadanos pasará a cobrar una cantidad menor),  de modo que si el ciudadano no encuentra trabajo porque no hay empleo que se adecue a su formación se deberá repartir el empleo para que pueda trabajar, a no ser que esté dispuesto a trabajar en otros ámbitos para los cuales esté preparado.

-El excedente que registre el estado deberá reinvertirse en servicios para la sociedad y en aumentos equitativos de renta para toda la población. 

-Existe la democracia, pero los programas de los partidos no podrían contradecir los puntos anteriormente mencionados. 

-El partido gobernante jamás podrá cambiar los puntos anteriormente mencionados.

-El partido gobernante deberá aplicar cada témino que expuso en su programa. Si se ve incapaz de cumplirlo deberán convocar nuevas elecciones. En caso de que no hayan cumplido la totalidad de los puntos expuestos en el programa electoral al acabar el mandato, deberá procederse a la disolución del partido.

-Evidentemente, se recogen todos los derechos de la Declaración de los Derechos Humanos.


Este es un resumen, muy resumido, de las principales ideas que tengo. Tendrá errores, pero se irán corrigiendo en el futuro. Espero que aunque sea, este artículo haya servido para una breve reflexión.

NOTA: Si les interesa el código oculto del apocalipsis, aquí está revelado. Les aseguro sinceramente que es muy interesante.





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